FERNÁNDEZ DE VAL
“
|
“Cada linaje parece tener un rasgo característico. La humildad y la sencillez han caracterizado
a la casa de Fernández de Val, a pesar de sus reconocidos dotes de inteligencia
y de altruista dedicación y al hecho de haber ocupado posiciones muy
conspicuas. (…)
En opinión de don Cleto González Víquez, la familia Fernández
Martínez ocupó en España un alto asiento.
(…) a fines del siglo XVII, Juan Fernández vivía en la ciudad de Cartago
donde llevó ‘una existencia oscura’. No
fue gran empresario, ni desempeñó elevadas funciones públicas, ni poseyó
considerables bienes de fortuna, ni se ligó a las familias que pretendían
descender del Gran Capitán o del Rey D. Pelayo.
‘Por lo mismo, ni sirvió de pasto a las habladillas de
maledicencia, ni tuvo que soportar los envenenados dardos de la envidia; fue,
en suma, un honrado vecino de Cartago,
en sus costumbres, contento en su medianía, y así, transcurrió su vida,
ni envidioso, ni envidiado’ (Orlando
Salazar, 1975, pp. 13-14)
LA VILLA DE SEDANO, ESPAÑA
“Ubicada en el Valle de Sedano (Burgos, Castilla La Vieja,
España). Este valle, en documentos de
los años 734, 1005 y 1055, es llamado Etano, y ya en ese mismo año de 1055
aparece la grafía Sedano, así como en donación de 1099. (…) Las actividades
cívicas y la participación en la vida política del valle era muy activa,
motivándose a sus habitantes en la praxis política y la atención por la cosa
pública”. (Fernández Alfaro, ídem).
JUAN FERNÁNDEZ DE VAL Y MARTÍNEZ
S
|
e
reconoce en el Teniente Juan Fernández
de Val y Martínez la fundación del apellido en Costa Rica. Tenía el Grado
de Alférez y fue Sargento Mayor en 1735 (según Castro y Tossi). Procedente de Sédano, Burgos, Castilla La
Vieja, España donde nació en 1673. Murió
en Cartago en 1737. Valverde (en www.anit.es/sava/savagen.htm) lo reconoce como
una:
“Persona modesta y de
escasos recursos pecuniarios, hubo de entregarse al desempeño de trabajos
agrícolas, y otros menesteres con mediocres resultados, posteriormente dedicóse
a la enseñanza, fundando en julio de 1736 una escuelita de primeras letras en
Cartago, mediante la ayuda del Cabildo de dicha ciudad. Al ocurrir su
fallecimiento algún tiempo después, dejó una descendencia de 11 hijos, dos de
los cuales, nombrados Manuel Felipe y Pedro Nicolás se consideran como los
principales progenitores de las actuales familias Fernández de Alajuela y San
José (Alvaro Fernández Peralta)”.
“Según Castro y Tossi, su
sencillez fue una característica vinculante cuando afirma que ‘Juan Martínez
Fernández (como humildemente se hacía llamar aunque tuviera derecho a más
resonantes apellidos) en dos exposiciones que hace en su calidad de maestro de
los niños de Cartago, insiste sobre la obligación del maestro de enseñar
doctrina cristiana a sus discípulos a la par de las artes de leer, escribir y
contar, y que aplicará esta doctrina a sus propios hijos, lo comprueba una
lúcida pléyade de estimabilísimos sacerdotes de su sangre (…)
Ignoramos
aún, las verdaderas causas que impulsaron a Juan Fernández de Val y Martínez de
Val para pasar a las Indias y las
circunstancias que lo llevaron a radicar en esta provincia, pero sí tenemos
amplias noticias de sus antecedentes en España (…)
Maestro de escuela de Cartago, progenitor de tantos hombres
ilustres, entre ellos el Benemérito de la Patria don Mauro Fernández Acuña, el
introductor en Costa Rica de la enseñanza pública gratuita.
Digamos de paso que don Mauro no hizo
en eso más que llevar al plan nacional una idea que ya había concebido su antepasado el maestro Juan Fernández
Martínez, quien al ofrecer al Cabildo de Cartago establecer una escuela para la
‘enseñanza de los niños’ decía:
‘Me alegro asimismo de recibir a todos
los niños pobres que sus padres no tuvieron con qué pagarme y de darles la
misma enseñanza que a los demás’, para lo cual solo pide la acostumbrada suma
de 25 pesos al año, pagaderos por el Fondo de Propios de la Ciudad para la
enseñanza de los cuatro niños pobres, extendiendo pues esta obra caritativa a
todos los niños pobres que quisieran estudiar (Cartago, 2 de julio de
1736). El cabildo resolvió que, conforme
la costumbre, estuviere solamente obligado a dar la enseñanza gratis a 4 niños
pobres ‘hijos de personas nobles 25 pesos anuales, pero… en pesos cacao.
La familia de Fernández de Val en Sedano, aunque modesta, era
limpia de toda mala sangre de generaciones postergadas (judíos, moriscos,
agotes o gitanos) como lo probó su tronco en información ante la justicia
ordinaria al pasar a Indias, requisito indispensable en aquel tiempo, y debía
connotar parentesco con los hidalgos Fernández de Moradillo de Sedano, 2 veces
ejecutoriados en Valladolid por su mucha nobleza e hidalguía, a los que
perteneció Alonso Fernández, Procurador General del Valle y Honor de Sedano,
por el Estado de los hijosdalgos en 1596 y 1601” (Castro y Tossi, 1975, en Nº
22 de la Revista de la ACCG, pp. 136-138).
“El 25 de febrero de
1699, contrajo matrimonio en Cartago con doña Cayetana de Acosta y Aguilar,
hija del griego Antonio de Acosta Arévalo ‘el rey del cacao’ y de doña Josefa
Aguilar. La dote otorgada por don
Antonio ascendió a los tres mil doscientos setenta y cinco pesos y el novio
ofreció arras por valor de quinientos pesos. Con ese capital, un
hombre de otro carácter hubiera logrado
hacerse rico, pero don Juan no tenía las condiciones que sirven para
encaminarse a la riqueza.
‘tener una familia numerosa, no privada de una
educación conveniente, y mucho menos obligar a los hijos a padecer estrecheces
a pretexto de insuficiencia de entradas, era una receta segura para achicar una
fortuna de suyo pequeña; y así, cuando en 1713 Fernández se vio enfermo de
algún cuidado e hizo testamento, confiesa que sus bienes habían venido a menos’
No murió
en esa oportunidad, pero siguió por muchos años arrastrando una vida de
dificultades y pobrezas. ‘Las cosas tanto apuraron, que en 1736, para poder
sobrevivir, se resolvió a poner una escuela de primeras letras’.
Al dedicarse a la enseñanza contaba
con setenta y tres años, por lo que pareciera ser que lo hizo empujado por la
necesidad. En su memorial al Señor
Alcalde Ordinario le dice: ‘Yo
me hallo con el ánimo deliberado de poner escuela y enseñanza de niños para que
aprendan la doctrina cristiana, leer, escribir y contar, a lo cual me aplicaré
con todo esmero y cuidado, pagándome lo acostumbrado por dicha enseñanza; y me
obligo asimismo a recibir a todos los niños pobres que sus padres no tuvieren
con qué pagarme y a darles la misma enseñanza que a los demás (…)’.
La escuela de don Juan Fernández se abrió en julio de 1736, pero
apenas duró una semana, debido a la peste de las cejas que reinó en Cartago y
mató a más de 200 personas. Una de las
víctimas fue su esposa, muerta en marzo de 1737. El 2 de diciembre del mismo año ‘arruinado y
oscuro’ murió el fundador del linaje Fernández en nuestro país.
Don Juan Fernández tuvo ocho hijos de
los que cinco fueron varones. De estos
últimos don Pedro Nicolás y don Manuel Felipe formaron las dos ramas
principales que han llegado hasta nuestros días” (Salazar, ídem, pp. 15-16).
Juan Fernández y Cayetana “casaron por
1699; la carta dote es de 25 de febrero de este año, en Cartago y sube a 3.625
pesos, entre cuyo valor mil árboles de cacao frutales, en el Valle de Matina, a
2 pesos cada uno. Arras: 500 pesos.
Ya se ha dicho y escrito, no recuerdo
por quién; tal vez por el mismo don Cleto en Pandemónium: ocho de nuestros
presidentes descienden de este tronco, y son ellos: D. Juan Mora Fernández, D.
Manuel de Aguilar, D. José María Montealegre, D. Bruno Carranza, D. Vicente
Herrera, D. Próspero Fernández, D. José Joaquín Rodríguez y D. Rafael Yglesias.
Lo curioso es que si subimos un
peldaño más, y en vez de arrancar de Fernández Martínez y doña Cayetana,
arrancamos de los padres de ésta tendremos que diez de sus descendientes han
ocupado la presidencia de Costa Rica, los
ocho que quedan dichos y don
Aniceto Esquivel y don Julio Acosta García; un poco más de la tercera parte de
los Presidentes de Costa Rica, que han sido hasta la fecha 27, excluyendo a
Morazán, que no era costarricense”. (Eladio Prado, en Nº 13-14 de la Revista de
la ACCG, p. 57).
Fue hijo de
Agustín Fernández
de Val, bautizado el 3 de setiembre de 1642
en la Iglesia de Santa María, en la Villa de Sédano, lugar donde nació, se casó
y donde falleció el 25 de abril de
1688. (1684 establecen los documentos
solicitados en España por Mario Fernández Piza en 1977 y que aparecen en Nº 25
de la Revista de la ACCG, 1978, pp. 16-27. En ellos se determinan que hijos de
su relación con María Martínez fueron
también: José, Marcos, Felipa, María, Ana y Antonia).
Hijo de
Francisco
Fernández del Campo (n. en
Sedano en 1616). Valverde (ídem)
establece que murió en 1688 en la misma ciudad.
Los textos de Fernández Piza, establecen la documentación nobiliaria del
personaje:
“Figura asentado como Hidalgo
Notorio y residente en la Villa de Sedano en el Padrón de la Moneda Forera que
se efectuó en la indicada Villa el 6 de diciembre de 1638 siendo empadronadores
Juan Gutiérrez por los hijosdalgos y Pedro Fernández de Heres por el Estado
General cuyo padrón se realizó con la
intervención del Teniente de Corregidor don Juan de Arce y el Escribano Público
Antonio de Cabria.
Con idéntica calidad consta también en el padrón de Moneda Forera
que se realizó el 10 de agosto de 1644 siendo Empadronadores Juan Val por los
hijosdalgos y Pedro de Mena por el Estado General interviniendo el mismo
Escribano Antonio de Cabria.
Con la misma condición de Hijodalgo Notorio figura también en otro
padrón de Moneda Forera realizado el 28 de agosto de 1650 a fe del mismo
Escribano y siendo empadronadores Juan Pérez por los caballeros hijodalgo y
Juan Hernández por el Estado General.
Archivo General de la Cancillería de Valladolid, Sala de los
hijosdalgos, Legajo 247, Expediente Nº 3, Padrones de Sedano” (ídem, p. 24).
Fue hijo de
Francisco “el mozo” Fernández, “de Mozuelos”, hijo de
Francisco “el viejo” Fernández
y de mujer desconocida
Valverde (ídem) establece que desempeñó los siguientes cargos:
“Regidor de Mozuelos (1626), Procurador de Mozuelos (1617 y 1622) y Procurador
de la Villa de Sédano (1620-1622)”, cargos que son cotejados por Fernández
Alfaro (ídem)
y de Marta del Campo La
Fuente (+ 1661), hija de
Juan del Campo
y de María de la Fuente
y de María de Val Pérez de
Heras (1619-1680), hija de
Pedro del Val Barahona, hijo de
padre desconocido
y de Francisca Barahona
y de María Pérez de Heras,
hija de
Juan Pérez de Heras
y
de María Fernández de Grodilla
y
de María Martínez Fernández con la
que se casó el 15 de octubre de 1622 en Turbilla del Agua.
Nacida el 15 de marzo de 1641 y fallecida el 26 de setiembre de 1713, hija de
Agustín Martínez de Val
(1617-1696), hijo de
Andrés Martínez,
Regidor de Tablada en 1619, nombrado en 1606 (Según Fernández Alfaro, ídem)
y
de María del Val Pérez (1591-1636),
hija de
Francisco de Val
y
de Justa Pérez
y
de María Fernández de Elvira
(1612-1683), hija de
Juan Fernández de Elvira (+
1660), hijo de
Diego Fernández de Elvira
y
de Casilda de la Iglesia
y
de Ana Herrero (+ 1690)
Volviendo
a Juan Fernández de Val y Martínez,
fundador del apellido en Costa Rica se establece que estuvo casado con
Cayetana Acosta Arévalo y Aguilar desde el 25 de febrero de
1699. Ella nació en 1683 y falleció en
1737. En certificación presentada por
Fernández Piza (ídem) consta que:
“Por la carta de recepción de dote otorgada por el mismo que
estaba tratando de casar con Doña Cayetana de Acosta Arévalo, hija legítima de
don Antonio, ya difunto, y de doña Josefa de Aguilar, vecina de Cartago.
La carta fue firmada en Cartago en 25 de febrero de 1699 ante Blas
González Coronel, escribano público del Cabildo [Archivo Nacional de Costa
Rica, Sección histórica, Protocolos Coloniales, Nº 852, Folio 17, vuelto y
siguientes”.
La
ascendencia de Cayetana Acosta Arévalo y
Aguilar es un asunto complejo de tratar.
En resumen, su origen es disfrazado a causa de la relevancia social que
esta familia alcanzó en la vida colonial de Cartago o por criterios que, como
se verá, son para ellos difíciles de
confesar o de afrontar.
En
primera instancia, fue hija de
Antonio de Acosta Arévalo griego radicado en Costa Rica, nacido en 1640 y fallecido en
1691. Julio Revollo Acosta (1960, Nº 8
de la Revista de la ACCG, citando a Cleto González Víquez) refiere a que su
arribo a suelo patrio se produjo alrededor de 1659, luego de haberse
desempeñado como artillero de la Marina Real Española. Menciona Revollo que:
“se nota que Acosta Arévalo era un empresario siempre alerta; que no se duerme,
que hace frente a la adversidad y que va siempre adelante. (…) Escribía
bastante bien y no redactaba tan mal, además sabía inglés”.
Valverde (ídem) añade que Acosta
fue
“El más poderoso cacaotero de su época. Sus hijas doña Francisca y
doña Antonia casaron con don Gregorio y don Agustín Alvarado de Azofaifo
(quienes pospuestos socialmente por su origen, lograron labrarse importantes
fortunas por el cultivo de cacao y negocios que tuvieron), fruto de la unión
extramatrimonial de Pedro de Alvarado y Ramiro Corajo con una señora de la gran
casa de Azofaifo Tenorio.
Estuvo como se sabe,
casado en primeras nupcias obteniendo la anulación de las mismas. Los motivos para esta anulación no se han
podido establecer a pesar de constante búsqueda de nuestra parte (…) La primera
esposa de Acosta era hija bastarda de Juan de la Cruz, quien también se llamó
Juan de la Cruz Madrigal y era hermano de Mateo de Madrigal, de éste consta que
era bastardo de Cristóbal de Madrigal, hijodalgo de la conquista; pero
sospechamos que el Juan de la Cruz aunque hermano de madre de Mateo, no lo
fuese su padre, aunque lo pretendiera por el uso del apellido Madrigal, que
Acosta Arévalo se casara con la dicha su hija, creyendo que era del linaje de
los Madrigales, pero que al descubrir lo contrario pidió que su matrimonio se
anulara” (Castro y Tossi, Nº 2 de la Revista de la ACCG, 1955, p.84).
Datos más recientes permiten establecer que este matrimonio
sucedió efectivamente con Juana de la
Cruz Fonseca (Madrigal), hija de Juan de la Cruz Fonseca. Fue anulado en 1665. Hijos de esta unión fueron, sin embargo:
Gregoria de Acosta Arévalo (1665-1694), casada con José de la Proa
y
Juana de Acosta Arévalo, casada con Juan Antonio Foto (Soto). En tales términos los presenta Sanabria,
Cartago, p. 16, Tomo I).
Antonio, casado con
Josefa de Santiago Aguilar, fueron padres
de los siguientes hijos (con apoyo en documentaciones de Revollo [ídem]):
Gaspar de Acosta Arévalo y Aguilar (n. 1679), casado con Gertrudis
Valerino;
Miguel de Acosta Arévalo y Aguilar (n. 1681), casado con María
Mayor Marín;
Antonia de Acosta Arévalo y Aguilar (n. y B. en 1684, T. 1753
+1754), casada en Cartago en 1702 con Agustín de Alvarado Azofeifa (n. 1761, T.
1711);
José de Acosta Arévalo y Aguilar (n. y B. en
1685), casado con María de Ballesteros Saavedra;
Manuel Andrés de Acosta Arévalo y Aguilar (n. 1689),
Francisca Lorenza de Acosta Arévalo y Aguilar (n. y B. 1691 +
1715), casada en Cartago en 1708 con Gregorio de Alvarado Azofeifa;
Juana de Acosta Arévalo y Aguilar;
Josefa de Acosta Arévalo y Aguilar y la
referida
Cayetana de Acosta Arévalo y Aguilar, casada con Juan Fernández de Val Martínez.
En Josefa de Santiago y Aguilar (n.1658 y
+ en 1773 ó 1734) se inicia el conflicto
de ascendencias. Revollo explica esta
confusión en términos verdaderamente simples: “Esta segunda mujer de Acosta
aparece como ‘Josefa de Aguilar’, en otras como ‘Josefa de Aguilar y Santiago’
si no ‘Josefa de Estefanía’”. Por ende,
las próximas líneas se dirigirán a definir el por qué de la aparición de tantos
nombres.
En la
realidad ella fue hija natural de:
María Estefanía de Aguilar (+ en
1677) y muy probablemente un
Francisco de Aguilar. Se hace esa referencia pues la combinación de
este nombre y apellido se da en varios registros coloniales, por lo que a
ciencia cierta, no se sabe de quién se trata realmente.
En este
caso se asume que María Estefanía de
Aguilar (y Alarcón Chacón) fue hija de
Francisco de Aguilar Palacios (n. 1585,
hijo de
Diego de Aguilar
“Nació
en 1548. Murió en 1613. Entró con las Huestes de Venegas de los Ríos. Vino de
la provincia bastante joven, de 18 años, en 1566, en compañía de Juan Solano,
con quien estuvo muy ligado. En 1593 era diputado de una cofradía en Cartago.
(Meléndez, aquí su hijo Francisco nacido en 1585 aparece casado con Juana
Chacón” (Valverde, ídem)
y
de Catalina
de Palacios Hernández “Nació en
1570. Murió en 1586. Señora y encomendadora del pueblo Cóo (Cot), por mitad, y
del pueblo de Cenuro” (Valverde, ídem); hija de
Matías de Palacios
“Nació
en 1550. Murió en 1608. Encomendero de Cóo, Caraquiború y Ceruro, soldado muy
valiente y esforzado. Alcalde ordinario. Entró con Perafán de Ribera. Vino a la
provincia procedente de Honduras, con criados, armas y caballos, a su costa y
minción, acompañando a Perafán a las jornadas del Río La Estrella; es uno de
los fundadores de la ciudad de Nombre de Jesús. En 1569 recibió la encomienda
de Caraquiború y Ceruro con 200 indios. En 1589 era encomendero de la
parcialidad de Cot. A principios de 1601 era Alcalde Ordinario de la ciudad de
Cartago. Hay biografía suya en Víquez Segreda, Juan Rafael. 1955-62. Relación
de méritos y servicios suya, publicada en Peralta, Manuel María. 1883:660-678.
Sus hijos Mateo y Melchor murieron a manos de los indios de Talamanca”.
(Valverde, ídem, citando a Meléndez)
y de Luisa Hernández Según Valverde, citando
a Castro y Tossi:
“Murió
en 1639. Fue una de las matronas más conspicuas de la primitiva Cartago. Era
hija de una India Principal Chorotega de Nicoya, por lo que gozaba de gran
prestigio entre los indios de Costa Rica. En segundas nupcias casó con Juan de
Lamas”.
Fue hija de Domingo Hernández
“Nació
en 1536. Conquistador, encomendero en Cóo y Chirripó. Corregidor. Vino con el
Licenciado Cavallón desde la ciudad de Guatemala, a su costa, con caballos y
criados. Figura en forma muy activa en las diversas expediciones realizadas
tanto por Cavallón como por Vázquez de Coronado y Perafán de Rivera. Este
último le favoreció con la encomienda de Cot con 175 indios y la de Chirripó
con 150 indios, el año de 1569. Vivía en Aranjuez el año de 1574 y fue uno de
los fundadores de Espíritu Santo. Residía todavía en 1598 en Espíritu Santo de
Esparza. En 1580 había sido corregidor de Nicoya. Figura como juez de indios de
Garabito en 1605 y vivía aún en Esparza en 1607. Hay biografía suya escrita por
Juan José Gómez. Véase Trejos, José Francisco (compilador). 1940:133-145. Una
relación de méritos y servicios suya, está en Fernández León, 1881-1907,
VII:215-250.” (Meléndez)
y como
dice Valverde, puede ser hija de la indígena chorotega
y de Juana Chacón Alarcón (n. 1592), hija de
Juan de Alarcón Rabaneda
y de Leonor Chacón Narváez, hija de
Pedro Narváez
y
de Isabel Ortega de Villavicencio
Un
documento de 1635, correspondiente al testamento de Leonor, la establece efectivamente como hija de Pedro e Isabel, poniendo fin a la discusión originada al principio de este
texto sobre si estos eran los padres de Juan
de Alarcón o los de su esposa (Norberto Castro y Tossi, citando PAC, Nº
804, f. 20, cat. T.I. en Nº 2 de Revista de la ACCG, 1955, p. 80).
La llamada Carta
Dotal de “Pedro Vargas, natural de Cádiz, a favor de su esposa María Estefanía de Aguilar, viuda de Juan
Herrera, hija de Francisco de Aguilar
y de Juana Chacón, fecha a 7 de
febrero de 1649” (Castro y Tossi, 1955, ídem).
Por ende, vuelve a referirse al hecho citado anteriormente. No obstante
algunos documentos la presentan como hija de María de Aguilar y Palacios (hija
de Diego de Aguilar y de Catalina Palacios) y de Pedro de Santiago Galindo,
padres adoptivos de María Estefanía de Aguilar, razón por
la cual se le registra habitualmente como María
Estefanía Santiago de Aguilar. De
modo interesante en la dote que Acosta
Arévalo recibió, se menciona que Josefa es una “niña huérfana criada por
María de Aguilar” [Revollo, ídem]. La María de Aguilar y Palacios fue esposa
también de Pedro del Pueyo. De hecho en
un documento de registro de matrimonio de Josefa
con Antonio de Acosta Arévalo,
aparece como hija de María de Estefanía. Ella [Josefa,
la esposa de Acosta] aparece también
como “De Estefanía” (5 de setiembre
de 1677]. Al respecto añade Castro y
Tossi que:
“Aquí pareciera que ‘Estefanía’
fuera apellido, pero no lo es sino el segundo nombre de pila de doña María,
citada (…) como María Estefanía de Aguilar (…) Josefa, mujer de Antonio de
Acosta Arévalo, e hija, como se verá, de Francisco de Aguilar” (ídem, p. 81).
“La dicha Josefa ahora del
apellido ‘Santiago’, que le viene por el marido de su madre adoptiva, María de
Aguilar, pues ésta no e la doña María Estefanía de Aguilar y Alarcón Chacón,
sino María de Aguilar y Palacios, mujer de Pedro del Pueyo y de Pedro de
Santiago Galindo” (ídem, [citando PAC, Nº 825, f. 100], p. 81).
Conflicto nuevamente en 1687, cuando María Estefanía de Aguilar vende a su yerno Antonio de Acosta Arévalo “unas casas en esta ciudad (Presenta la
particularidad [el documento] de que está tachado al principio por dos veces el
nombre de la otorgante y puesto entre renglones ‘Josefa’, pero la firma dice María Estefanía de Aguilar” (ídem,
[basado en PAC, Nº 836, f. 41, cat. T.L., p.
300], p. 81).
Castro y Tossi presenta en relación con documento de PAC, (Nº 842,
f. 27, v.cat.T.L., p. 362) una escritura del 22 de abril de 1692 mediante la
que nuevamente Josefa de Santiago
hace una venta a Francisco de Bonilla; situación que prevalece en 1694 en una
venta de un esclavo a José de Prado (ídem, [Nº 845, f.9, p. 391] p. 82).
Asunto concluyente de
esta ambivalencia debiera ser el testamento de Josefa de Santiago Aguilar cuyo análisis hace Castro y Tossi (Por
el valor de la cita se hacen señalamientos especiales que no se han hecho en
las anteriores):
“Hija natural de doña María
de Aguilar, finada, viuda de Antonio
de Acosta Arévalo (…) Cartago, 4 de setiembre de 1711. (Aquí, como en el
inmediato anterior, se ve a doña Josefa
usar los apellidos de sus padres adoptivos, en lo cual el segundo correspondía
al de su madre y aún al de su padre [Aguilar], pues existen otros dos
testamentos de esta señora, y en el último se apellida de Aguilar, solamente, y
se dice hija legítima de Francisco de Aguilar y de doña María Estefanía de Aguilar.
Nótese que se distinguen las dos Marías de Aguilar, una madre verdadera
y otra madre adoptiva de doña Josefa, porque la primera usa siempre de la
‘Doña’ y así es calificada, aún cuando no se agrega su segundo nombre de
‘Estefanía’, así es que en el testamento del suso citado se trata de la madre
verdadera y no de la adoptiva. No
creemos que su padre Francisco de
Aguilar, quien era sin duda cercanísimo deudo de Francisco de Aguilar,
padre de doña María Estefanía, se haya casado en forma tardía con ésta, sino
más lógicamente que la hija de ambos doña Josefa,
fuese legitimada por Real disposición y cédula, cosa que aunque rara en nuestra
Colonia, donde poco o nada se preocupaba de legitimidad o bastardía, se
hace creíble por la gran fortuna de Antonio
de Acosta Arévalo, que permitía sufragar los gastos que tal objeto requería”
(ídem, p.82).
Asimismo Castro y Tossi señala una idea interesante que puede
explicar estas complicaciones en los registros:
“Había cercano parentesco entre
Francisco de Aguilar, padre de doña María Estefanía, marido de Juana Chacón, y
Francisco de Aguilar, amante de la dicha doña María Estefanía y madre de doña
Josefa, por lo cual el matrimonio entre ambos no pudo realizarse y que
explicaría las reticencias que se encuentran en estos documentos con respecto a
la paternidad de doña Josefa, hasta su último testamento donde aclara las
cosas” (ídem, p. 86).
Añade otro criterio
adicional:
“También el hecho de que doña
María Josefa hubiese sido criada por María de Aguilar y Palacios, fecunda
matrona de Cartago de aquella época y cargada de su propia numerosa prole,
sugiere algún nexo de parentesco entre María Estefanía de Aguilar y María de
Aguilar Palacios, y entre ésta y Francisco de Aguilar, padre de doña
Josefa. No se ha podido hallar ningún
nexo entre estos Aguilares citados y Diego de Aguilar, casado con Leonor
Jiménez, tronco de la gran casa de Aguilar, de los pobladores y vecinos de
Villa Nueva (hoy San José)” (ídem, p. 86).
Hijos de Juan Fernández y de Cayetana de Acosta fueron (fundamentado
con las fuentes mencionadas y con Sanabria, San José, p. 1005):
Pedro Nicolás Fernández de Val y Acosta Arévalo (n. 1720, +1808,
Juez de los Campos de Aserrí y de la Villa de San José [1759 y 1771], casado
con Catalina Tenorio;
Andrés Fernández de Val y Acosta Arévalo (n. 1702), casado con María Josefa de Trejos;
María Fernández de Val y Acosta Arévalo,
Cosme Damián Fernández de Val y Acosta Arévalo,
Josefa Fernández de Val y Acosta Arévalo,
Dionisio Fernández de Val y Acosta Arévalo, casado con Petronila
Valverde;
Isabel Fernández de Val y Acosta Arévalo,
María Josefa Fernández de Val y Acosta Arévalo (conf. 1752),
casada con Pedro Corrales y con Juan Masís Barboza
y Manuel Felipe Fernández de Val y Acosta
Arévalo, (n. y B. en 1718 en Cartago, + en Granada, Nicaragua en
1786). “Alcalde de la Santa Hermandad del
Valle de Aserrí y Población de San José en 1763” (Fernández Alfaro, ídem).
“Don Pedro Nicolás y don Manuel Felipe Fernández de Val y Acosta
Arévalo, residentes en la colonial Cartago, se trasladaron a principios del
siglo XVIII a los fértiles valles occidentales motivados en parte ‘por hallarse
el valle de Cartago y el vecino de Ujarrás ya fuertemente poblados’.
En los valles occidentales ‘aun quedaban tierras realengas y los
grandes propietarios no tenían objeción en vender a un precio ínfimo parcelas
de sus haciendas a los nuevos pobladores’ (citando a Castro y Tossi). Los
Fernández de Val, don Pedro y don Manuel, al igual que los dinámicos y
emprendedores colonos que abandonaban la conservadora Capital, venían con el
principal objetivo de dedicarse al cultivo del trigo, de la caña o del tabaco.
(…)
Se casaron con miembros de las familias fundadoras de San
José. Don Pedro se casó con doña María
Catarina Tenorio de Azofeifa y Rodríguez de Castro, según Castro y Tossi, de la
gran casa de Azofeifa y Tenorio. Don
Felipe Fernández de Val casó con doña María Josefa de Umaña y corral, ‘de
muy noble prosapia’, nieta de don Tomás
de Umaña e hidalga que vino a Costa Rica y se enlazó con una de las principales
estirpes conquistadoras’.” (Salazar, ídem. pp. 17-18).
Casado
con María Josefa Umaña Corrales, (n.
y B. 1727, + 1778 en ‘El Murciélago’ [Tibás]), hija de
Juan de Umaña López de Ortega, hijo
de
Tomás de Umaña, Fundador
y de Laureana López de Ortega, hija de
Diego López de Ortega y Phelipe de Ortega, hijo
de
Jerónimo de Phelipe y Coto de Herrera,
Fundador
y de María López de Ortega y Ortega, hija de
Juan López de Ortega,
Fundador
y de Catalina de Ortega
y de Ana de Chaves, hija de
Cristóbal de Chaves, hijo
de
Cristóbal
Sánchez de Chaves,
hijo de
Francisco
de Chaves
y de Catalina Martín
y de Inés García
y de María de Alfaro y Gutiérrez, hija de
Cristóbal de Alfaro
y de Catalina Gutiérrez Xaramillo, hija de
Gómez Xaramillo
y de Magdalena Gutiérrez
y de María Josefa Corrales Guzmán, hija de
Bonifacio Corrales Padilla, hijo de
Juan Bautista Bonifaz del Corral, hijo
de
Bartolomé Bonifaz del Corral
y de María de Acevedo
y de Agustina de Padilla
y de Juana Guzmán Portocarrero, hija de
Jerónimo de Guzmán Portocarrero, hijo
de
Alonso
Guzmán Portocarrero, hijo de
Jerónimo
de Guzmán y Saavedra,
hijo de
Alonso de Guzmán y
Cervantes,
hijo de
Martín
Guzmán y Ponce de León,
hijo de
Pedro
Guzmán de Hinestrosa,
hijo de
Juan
de Guzmán y Castilla,
hijo de
Juan
Alonso de Guzmán y Osorio,
hijo de
Juan
Alonso de Guzmán y Coronel, hijo de
Alonso
Pérez de Guzmán,
hijo de
Pedro
Guillén de Guzmán,
hijo de
Guillén
Pérez de Guzmán,
hijo de
Pedro
Ruiz de Guzmán
y
de Urraca Díaz
y de María González Girón, hija de
Gonzalo
Ruiz de Cisneros
y de mujer desc.
y de Isabel Alonso
y de María Alonso Coronel, hija de
Fernán
González Coronel,
hijo de
María
Fernández Coronel
y de padre desc.
y de Sancha Vázquez de Acuña
y de Urraca Osorio, hija de
Alvar
Núñez de Osorio,
hijo de
Alvar
Rodríguez Osorio,
hijo de
Rodrigo
Rodríguez Osorio,
hijo
de Rodrigo Rodríguez Osorio
y
de Mayor Álvarez de Asturias
y de mujer desc.
y
de Elvira Núñez,
hija de
Obispo
Nuño de Astorga
y de mujer desc.
y de mujer desconocida
y de Beatriz de Castilla y Ponce, hija de
Enrique
II de Castilla
y
de Beatriz Ponce de León
y de Lope López de Hinestrosa, hija de
Ruy
Gutiérrez de Hinestrosa,
hijo de
Juan
Fernández de Fenestrosa y Arias, hijo de
Fernán
González de
Fenestrosa
y
Stúñiga, hijo de
Gonzalo
Pérez de Fenestrosa y Stúñiga, hijo de
Pedro
Ruiz de Fenestrosa y Carrillo, hijo de
Ruy
Martínez
y
de Elvira Carrión
y de María de Stúñiga, hija de
Fernán Ortiz y Stúñiga
y
de Teresa de Prada
y de Teresa Ceballos, hija de
Gonzalo
Díez de Ceballos
y de Antolina de la Hoz, hija de
Martín
Antolínez de la Hoz
y de Godo Galíndez de Gordojuela
y de María Arias de
Asturias, hija de
Arias Díaz de
Asturias
y
de Aldonza Ramírez
y de Sancha
y de Leonor Pérez de Córdoba, hija de
Martín
López de Córdoba
y de Sancha Alonso Carrillo
y de Isabel Ponce de León, hija de
Juan
Ponce de León,
hijo de
Pedro
Ponce de León, hijo de
Pedro
de Ponce
y de Sancha de Haro
y de María de Ayala
y de Leonor Núñez de Prado
y de María Cervantes y Ayala, hija de
Gonzalo
Gómez de Cervantes,
hijo de
Juan
de Ayala
y de mujer desc.
y de Juana Melgarejo de las Rodas, hija de
Pedro
Melgarejo,
hijo de
Alonso
Fernández de Melgarejo,
hijo de
Fernán
Pérez Melgarejo,
hijo de
Juan
Fernández Melgarejo
y de mujer desc.
y de Leonor de Guillén, hija de
Guillén
de las Casas
y de Isabel de Creus
y de Leonor Díaz de Tours
y de Juana Ortiz
y de Catalina de Saavedra Argote
y de María Fernández Portocarrero,
hija de
Luis
Fernández
Portocarrero, hijo de
Diego Fernández de
Córdoba, hijo de
Gonzalo
Yáñez de Portocarrero
y de mujer desc.
y de Francisca Portocarrero, hija de
Martín
Fernández Portocarrero,
hijo
de Egidio Bocanegra
y de Francisca Portocarrero, hija de
Martín
Fernández Portocarrero,
hijo de
Martín
Fernández Portocarrero,
hijo de
Martín
Fernández Portocarrero,
hijo de
Pedro
Fernández de la Hoz,
hijo de
Gonzalo
Yáñez de Portocarrero
y de mujer desc.
y de mujer desc.
y de María de Jofre Tenorio, hija de
Alonso
Jofre Tenorio,
hijo de
Diego Alonso
Tenorio
y
de Aldonza
Jofre Loaiza
y de Elvira Sánchez de Velasco, hija de
Sancho
Manuel de Velasco
y de Sancha García Carrillo
y de Francisca Sarmiento, hija de
Diego
López de Sarmiento,
hijo de
Diego
Gómez Sarmiento,
hijo de
Diego Pérez
Sarmiento
y
de María de Velasco
y de Leonor de Castilla, hija de
Fadrique de
Castilla
y
de Leonor de Angulo
y de Mencia López de
Stúñiga, hija de
Diego
López de Stúñiga,
hijo de
Diego
López de Stúñiga
y de Toda Hurtado de Mendoza, hija de
Juan
Hurtado de Mendoza
y de María de Mendoza
y de Juana García de
Leiva, hija de
Sancho
de Leiva
y de María Díez de Ceballos
y de Leonor Cabeza de Vaca, hija de
Pedro
Cabeza de Vaca
y de mujer desc.
y de María de Velasco, hija de
Francisco
de Velasco
y de mujer desc.
y
de Constanza Guzmán de Sayas,
hija de
Juan
Martín Guzmán Ponce de León, hijo de
Pedro
Guzmán de Hinestrosa,
hijo de
Juan
de Guzmán y Castilla,
hijo
de Juan Alonso de Guzmán y Osorio,
hijo de
Juan
Alonso de Guzmán y Coronel, hijo de
Alonso
Pérez de Guzmán,
hijo de
Pedro
Guillén de Guzmán,
hijo de
Guillén
Pérez de Guzmán,
hijo de
Pedro
Ruiz de Guzmán
y de Urraca Díaz
y de María González Girón, hija de
Gonzalo Ruiz de
Cisneros
y
de mujer desc.
y de Isabel Alonso
y de María Alonso Coronel, hija de
Fernán
González Coronel,
hijo de
María Fernández
Coronel
y
de padre desc.
y de Sancha Vázquez de Acuña
y de Urraca Osorio, hija de
Alvar
Núñez de Osorio,
hijo de
Alvar
Rodríguez Osorio,
hijo de
Rodrigo
Rodríguez Osorio,
hijo de
Rodrigo Rodríguez
Osorio
y
de Mayor
Álvarez de Asturias
y de mujer desc.
y de Elvira Núñez, hija de
Obispo
Nuño de Astorga
y de mujer desco.
y de mujer desconocida
y de Beatriz de Castilla y Ponce, hija de
Enrique
II de Castilla
y de Beatriz Ponce de León
y de Lope López de Hinestrosa, hija de
Ruy
Gutiérrez de Hinestrosa,
hijo de
Juan
Fernández de Fenestrosa y Arias, hijo de
Fernán
González de
Fenestrosa
y
Stúñiga, hijo de
Gonzalo
Pérez de Fenestrosa y Stúñiga, hijo de
Pedro
Ruiz de Fenestrosa y Carrillo, hijo de
Ruy
Martínez
y de Elvira Carrión
y de María de Stúñiga, hija de
Fernán Ortiz y Stúñiga
y
de Teresa de Prada
y de Teresa Ceballos, hija de
Gonzalo
Díez de Ceballos
y de
Antolina
de la Hoz, hija de
Martín
Antolínez de la Hoz
y de Godo Galíndez de Gordojuela
y de María Arias de
Asturias, hija de
Arias Díaz de
Asturias
y
de Aldonza Ramírez
y de Sancha
y de Leonor Pérez de Córdoba, hija de
Martín López de
Córdoba
y
de Sancha Alonso Carrillo
y de Isabel Ponce de León, hija de
Juan
Ponce de León,
hijo de
Pedro
Ponce de León, hijo de
Pedro
de Ponce
y de Sancha de Haro
y de Gregoria de Sayas, hija de
Gregorio
de Sayas
y de Constanza de Saavedra, hija de
Juan
Arias de Saavedra, hijo de
Fernán
Arias de Saavedra, hijo de
Fernán
Yáñez de Saavedra,
hijo de
Juan
García de Saavedra,
hijo de
Alonso Fernández de Saavedra, hijo de
Alfonso
López de Saavedra,
hijo de
Alonso
Pérez de Saavedra
y de María López de Ulloa
y de Juana de Villamayor, hija de
García
de Villamayor
y de mujer desc.
y de Juana Manrique de Lara, hija de
Juan
Manrique de Lara,
hijo de
Garci
Fernández Manrique de Lara
y de Ordosenda Norbona
y de Juana de Rojas
y de María López de
Villalobos, hija de
Lope
Fernández Pacheco
y de Basilia Sánchez de Villalobos
y de Violante Pérez de Castro, hija de
Paydarias
de Castro
y de mujer desconocida
y de Leonor Martel de Peraza, hija de
Gonzalo
Pérez Martel
y de Leonor de Peraza
y de Juana de Avellaneda Delgado, hija de
Juan
Álvarez de Avellaneda
y de Constanza de Fajardo
y de mujer desconocida
y de Juana Bonilla y Pereira, hija de
Alonso de Bonilla Chacón, hijo de
Alonso de Bonilla, hijo de
Francisco de Bonilla Hernández, hijo de
Andrés de Bonilla
y de María Hernández
y de
madre desconocida
y de Juana Chacón, hija de
Juan de Alarcón Rabaneda
y de Leonor Chacón Narváez, hija de
Pedro Narváez
y de Isabel Ortega de Villavicencio
y
de Juana
Benita Calvo Pereira, hija de
Miguel Calvo García, hijo
de
Tomás
Calvo
y
de Benita García
y de María de Pereira Cardoso, hija de
Lorenzo Gaspar Pereira Cardoso, hijo
no documentado de
Juan Antonio Álvarez Pereira, hijo de
Juan Pereira, Fundador
y de
mujer desconocida
y de Dulcehe, Biriteca, o Inés, hija del
Cacique de Quepo
y de
mujer de nombre desconocido
y de Isabel de Acuña, hija de
Juan de Acuña, hijo de
Álvaro de Acuña
y de Catalina de Acuña (Atirro)
y de Isabel de Guevara, hija de
Juan de Alarcón Rabaneda
y de Leonor Chacón Narváez, hija de
Pedro Narváez
y de Isabel Ortega de
Villavicencio
Volviendo
a Manuel Felipe y a María Josefa Umaña
Se
establece que su unión resulta trascendente por cuanto dos de las descendencias
alimentan esta investigación. Su matrimonio
se fecha el 7 de enero de 1743 en la ciudad de San José (Según documentos de
Fernández Piza citando el Libro 1º de Matrimonios de San José, folio 14,
Asiento 1º). Los Fernández
“Al venir a instalarse a esta
zona (de los valles o del Valle Central) y más particularmente bajo la campana
de la recién fundada villita dedicada al Glorioso Patriarca San José (…)
tuvieron casa y solar en la villa, pero –hecho característico de la época- no
vivían en este lugar, sino que alquilaban estas viviendas que por mando
gubernamental fueron obligados a construir y prefirieron vivir en el Barrio del
Murciélago (hoy mal llamado san Juan de Tibás) donde (…) tuvieron sus chacras
con suertes de caña dulce y sus respectivos trapiches, ganado vacuno y ovejuno
y platanares” (Castro y Tossi, ídem, pp. 146-147).
Pese a
ser una unión aparentemente sólida de la que salieron doce hijos, el matrimonio
terminó en malos términos y de hecho su finalización constituye una de las
páginas de la historia criminal de Costa Rica pues cuenta Valverde (ídem) el 4
de setiembre de 1778 ella:
“murió asesinada a manos de su
esposo, que le propinó un mandoble con su cruceta en la nuca, casi
desprendiéndole la cabeza [frente a su hija Antonia]. Se entregó
voluntariamente a la justicia, comprobándose que padeció trastornos mentales, y
siendo remitido a un sanatorio en Nicaragua donde murió. (Cleto González,
Anastasio Alfaro, otros). Sus hijas Lucía, María de los Santos* y Antonia
Josefa, casaron el mismo día 2 de setiembre de 1778, dos días después ella
fallecía asesinada por su marido, quien sufría desvaríos mentales y celos
psicopáticos”.
El hecho de sangre, confirmado también por Julio Revollo
(en el Nº 8 de la Revista de la ACCG, 1960, p.20) fue presenciado por su hija
Antonia, única testigo de lo sucedido.
Ella precisamente se había casado dos días antes del suceso.
En los
documentos que presenta Fernández Piza aparece una disolución de los bienes
gananciales del matrimonio Fernández Umaña, ante el Teniente del Gobernador de
San José ‘en el paraje del Murciélago [Tibás]’ “para asegurar los
correspondientes bienes con participación de los hijos de ambos: don Manuel,
don Felipe y don Cornelio Fernández” (ídem. p. 22). Se ignora la posición en la que quedaron los
otros hermanos.
Fueron
hijos de esta unión según Sanabria (San José, p. 1005, [se adicionan a estos
datos, notas de Revollo, ídem, p. 20]):
Manuel José Fernández de Val Umaña, casado en 1778 con Águeda de
Alvarado Valverde;
Juan Felipe Fernández de Val Umaña, casado en 1773 con Ana Benita
de Alvarado Valverde;
Cornelio Fernández de Val Umaña, casado en 1776 con Manuela Josefa
Salazar Castro;
María Josefa Fernández de Val Umaña n. 1776),
Rafaela Fernández de Val Umaña (n.1778);
Antonia (Ana) Benita Fernández de Val Umaña, casada el 18 de
setiembre de 1766 con Ventura Valverde;
Josefa de la Cruz Fernández de Val Umaña (n. 1763), casada con
Ramón Chacón el 27 de agosto de 1787;
Antonia Josefa Fernández de Val Umaña, casada
el 2 de setiembre de 1778 con Antonio de Castro. Establece Valverde que fue la
“Única hija que presenció el asesinato de su madre”;
Lucía Encarnación (Concepción)
"Lucha"] Fernández de Val Umaña (n. y B. en 1759, T. 1820), casada en
1778 con José Mateo de Mora Valverde;
María Eulalia Fernández de Val Umaña (bautizada en San José en 1775. Se le abrió mortual en
1813), casada también en San José el 20
de junio de 1772 con
José Hermenegildo Aguilar Siles (B. en Cartago el 15 de abril de
1743 y fallecido en San José en 1809), hijo de
Juan Esteban Aguilar
y de Agustina de Siles. Esta unión se ha revisado en el
entronque con los Castro y con los Blanco.
y María de los Santos Fernández de Val Umaña (B.
en 1753), casada con
José Felipe de Alvarado Valverde (B. en
Cartago en 1752) el 2 de setiembre de 1778.
La misma ya se ha presentado en este referido apartado.
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