sábado, 21 de marzo de 2015


VÁZQUEZ DE CORONADO Y ANAYA (II)


GONZALO DE VÁZQUEZ DE CORONADO Y ARIAS






Juan Vázquez de Coronado murió en el naufragio del Barco “San Guiusephe” en 1564 a la edad de 42 años de edad (en Guillermo Castro Echeverría, 1994, Nº 34 de la Revista de la ACCG, p. 96).  Junto con Isabel Arias fue padre de

Gonzalo Vázquez de Coronado y Arias, quien

 “Nació en 1522 en Guatemala y murió en el año 1613.  Segundo Adelantado en 1586 y  Gobernador de Costa Rica de 1600 a 1604.  Casó con Ana Rodríguez del Padrón, vecina de Guatemala, hermana de Antonio Rodríguez del Padrón.  Sucesión: 2 hijos y 2 hijas” (Álvaro Fernández Peralta, 1955, pp. 26-27).



Valverde (ídem) es mucho más amplio al referir al segundo adelantado:

“Murió en 1612 en Finca Aranjuez, Esparza, Costa Rica. Partida de Defunción: "Don Gonzalo Vázquez Coronado. En 24 de agosto de 1612 murió el adelantado de CostRrrica don Gonzalo Vázquez Coronado. Sepultose en el convento de Sn. Franco. De esta ciudad de guat.a dejó por sus albaceas a al.o Núñez y a ant.o Rodríguez del Padrón vz.os d esta dicha ciudad Franco. Muñoz Garrido" Santiago de Guatemala, Parroquia del Sagrario, Defunciones de Españoles, Libro Núm. 1, 1593-1625, fol. 178. (Udo Grub L.).- Segundo Adelantado de Costa Rica. Gobernador y Capitán General de Costa Rica de 1600 a 1604, Gobernador del Duy y Mexicanos de 1610 a 1613. (Meléndez).- Sucedió a su padre por Real Decreto de 1586, en el dominio de cuatro leguas de tierra en cuadrado situadas en la jurisdicción de la Provincia de Costa Rica, con el título de Adelantado Perpétuo de ella, así como en la encomienda de indios del pueblo de Naolimpo. Recibió del rey Felipe II esas mercedes, no solamente por los servicios remarcables de su padre, sino también por los que é mismo había prestado en Guatemala, cuando se juntó la Armada improvisada para repeler los ultrajes del Corsario inglés, Francisco Drake (en esa época el Presidente de la Audiencia era de apellido Valverde) En los primeros días del mes de enero de 1600, el Adelantado, vestido de gorra, capa y espada, habiendo llegado desde Guatemala, tomó posesión de su alto empleo ante el Cabildo de Cartago. El recuerdo vivo entonces y sangrante de las muchas tropelías de don Fernando de la Cueva, y la memoria muy grata que existía de los servicios de Juan Vázquez, naturalmente habían de hacer agradable para todos los vecinos la misión de Don Gonzalo. Ciertamente la colonia era muy pobre. Aquí no había minas de oro ni de plata, los indios se iban acabando y los españoles eran pocos. De todo ello se hizo cargo pronto don Gonzalo, y comprendió que la prosperidad de la provincia estribaba en escoger una industria que exigiese pocos brazos. Teniendo tan cerca el centro comercial de Panamá, ninguna industria se podía encontrar que fuera superior a la crianza de mular en las pampas naturales de la costa. Para ello faltaba solamente abrir un camino transitable a Panamá. Ese fue el gran proyecto del Adelantado, ese su servicio más notable y su acción más varonil, y esa la divisa progresista que lo pone fuera del número crecido de vulgares gobernantes que recuerdan las historias. En esa jornada don Gonzalo perdió totalmente su salud y gastó de us peculio más de dos mil pesos de oro, pero en cambio de esos sacrificios, la provincia derivó por largo tiempo notables recompensas. La exportación de mulas a la ciudad de Panamá fue durante largos siglos el único recurso favorable que tuvieron los vecinos de Cartago. El camino del adelantado se trajinaba con recuas mulas todavía a mediados de este siglo, y hubiera sido más fecunda en resultados positivos, si las trabas comerciales de ese tiempo, no hubieran impedido traficar más ampliamente con aquel vecino reino. El Adelantado regresó por mar a La Caldera, pero como venía muy enfermo, hubo que traerlo en camilla desde Esparza. los deberes de su cargo le privaron del descanso que exigía el malestar de su salud, pues según palabras consignadas por él mismo, siempre tuvo abiertas las puertas de su casa para aquellos que acudían en demanda de Justicia, "en mi propia cama, dice, donde estaba enfermo, hacía la audiencia y despachaba todos los negocios que ante mí venían. Durante el juicio de residencia, no negó que jugaba a la baraja en tiros de hasta ciento cincuenta pesos con sus amigos Pedro Alonso de las Alas, Gaspar Pereyra Cardoso, Diego de Sojo, Gerónimo Felipe, y algunos otros más que llegaban todas las tardes. El adelantado pasó sus postreros años en su finca de Aranjuez, cerca de Esparza, y allí murió en el año 1613 a consecuencia de un dolor agudo en la cabeza. Sus hijos vivieron en Nicaragua, solamente doña Andrea se radicó en Cartago y tiempo después de su muerte llegó a tierras de Al Virilla otra hija suya, natural, doña Isabel, mujer de Pedro de Vargas, labrador que fue en esas tierras. (M. de J. Jiménez, relato: "El Adelantado Gonzalo Vázquez de Coronado".) Usó uno de los dos hierros de marcar ganado más antiguos conocidos en Costa Rica. (Castro Tosi)”.

Ahora bien, la posición y el predominio histórico ocupados por los Vázquez de Coronado daría material suficiente para la escritura de muchos libros.  No puede omitirse un nivel importante de referencias en torno suyo, pero tampoco será el interés el recargar estas páginas con su notable participación para hacer que esta selva del centro de América captara un poco de atención, dentro del desarrollo del resto de la Nueva España que ya se iba haciendo muy evidente.





 


 

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