VÁZQUEZ DE CORONADO Y ANAYA (II)
GONZALO DE
VÁZQUEZ DE CORONADO Y ARIAS
Juan Vázquez de Coronado murió en
el naufragio del Barco “San Guiusephe” en 1564 a la edad de 42 años de edad (en
Guillermo Castro Echeverría, 1994, Nº 34 de la Revista de la ACCG, p. 96). Junto con Isabel Arias fue padre de
Gonzalo Vázquez de Coronado y Arias, quien
“Nació en 1522 en Guatemala
y murió en el año 1613. Segundo
Adelantado en 1586 y Gobernador de Costa
Rica de 1600 a 1604. Casó con Ana Rodríguez
del Padrón, vecina de Guatemala, hermana de Antonio Rodríguez del Padrón. Sucesión: 2 hijos y 2 hijas” (Álvaro
Fernández Peralta, 1955, pp. 26-27).
Valverde
(ídem) es mucho más amplio al referir al segundo adelantado:
“Murió en 1612 en Finca Aranjuez, Esparza, Costa Rica. Partida de
Defunción: "Don Gonzalo Vázquez Coronado. En 24 de agosto de 1612 murió el
adelantado de CostRrrica don Gonzalo Vázquez Coronado. Sepultose en el convento
de Sn. Franco. De esta ciudad de guat.a dejó por sus albaceas a al.o Núñez y a
ant.o Rodríguez del Padrón vz.os d esta dicha ciudad Franco. Muñoz
Garrido" Santiago de Guatemala, Parroquia del Sagrario, Defunciones de
Españoles, Libro Núm. 1, 1593-1625, fol. 178. (Udo Grub L.).- Segundo
Adelantado de Costa Rica. Gobernador y Capitán General de Costa Rica de 1600 a
1604, Gobernador del Duy y Mexicanos de 1610 a 1613. (Meléndez).- Sucedió a su
padre por Real Decreto de 1586, en el dominio de cuatro leguas de tierra en
cuadrado situadas en la jurisdicción de la Provincia de Costa Rica, con el
título de Adelantado Perpétuo de ella, así como en la encomienda de indios del
pueblo de Naolimpo. Recibió del rey Felipe II esas mercedes, no solamente por
los servicios remarcables de su padre, sino también por los que é mismo había
prestado en Guatemala, cuando se juntó la Armada improvisada para repeler los
ultrajes del Corsario inglés, Francisco Drake (en esa época el Presidente de la
Audiencia era de apellido Valverde) En los primeros días del mes de enero de
1600, el Adelantado, vestido de gorra, capa y espada, habiendo llegado desde
Guatemala, tomó posesión de su alto empleo ante el Cabildo de Cartago. El
recuerdo vivo entonces y sangrante de las muchas tropelías de don Fernando de
la Cueva, y la memoria muy grata que existía de los servicios de Juan Vázquez,
naturalmente habían de hacer agradable para todos los vecinos la misión de Don
Gonzalo. Ciertamente la colonia era muy pobre. Aquí no había minas de oro ni de
plata, los indios se iban acabando y los españoles eran pocos. De todo ello se
hizo cargo pronto don Gonzalo, y comprendió que la prosperidad de la provincia
estribaba en escoger una industria que exigiese pocos brazos. Teniendo tan
cerca el centro comercial de Panamá, ninguna industria se podía encontrar que
fuera superior a la crianza de mular en las pampas naturales de la costa. Para
ello faltaba solamente abrir un camino transitable a Panamá. Ese fue el gran
proyecto del Adelantado, ese su servicio más notable y su acción más varonil, y
esa la divisa progresista que lo pone fuera del número crecido de vulgares
gobernantes que recuerdan las historias. En esa jornada don Gonzalo perdió
totalmente su salud y gastó de us peculio más de dos mil pesos de oro, pero en
cambio de esos sacrificios, la provincia derivó por largo tiempo notables
recompensas. La exportación de mulas a la ciudad de Panamá fue durante largos
siglos el único recurso favorable que tuvieron los vecinos de Cartago. El
camino del adelantado se trajinaba con recuas mulas todavía a mediados de este
siglo, y hubiera sido más fecunda en resultados positivos, si las trabas
comerciales de ese tiempo, no hubieran impedido traficar más ampliamente con
aquel vecino reino. El Adelantado regresó por mar a La Caldera, pero como venía
muy enfermo, hubo que traerlo en camilla desde Esparza. los deberes de su cargo
le privaron del descanso que exigía el malestar de su salud, pues según
palabras consignadas por él mismo, siempre tuvo abiertas las puertas de su casa
para aquellos que acudían en demanda de Justicia, "en mi propia cama,
dice, donde estaba enfermo, hacía la audiencia y despachaba todos los negocios
que ante mí venían. Durante el juicio de residencia, no negó que jugaba a la
baraja en tiros de hasta ciento cincuenta pesos con sus amigos Pedro Alonso de
las Alas, Gaspar Pereyra Cardoso, Diego de Sojo, Gerónimo Felipe, y algunos
otros más que llegaban todas las tardes. El adelantado pasó sus postreros años
en su finca de Aranjuez, cerca de Esparza, y allí murió en el año 1613 a
consecuencia de un dolor agudo en la cabeza. Sus hijos vivieron en Nicaragua,
solamente doña Andrea se radicó en Cartago y tiempo después de su muerte llegó
a tierras de Al Virilla otra hija suya, natural, doña Isabel, mujer de Pedro de
Vargas, labrador que fue en esas tierras. (M. de J. Jiménez, relato: "El
Adelantado Gonzalo Vázquez de Coronado".) Usó uno de los dos hierros de
marcar ganado más antiguos conocidos en Costa Rica. (Castro Tosi)”.
Ahora
bien, la posición y el predominio histórico ocupados por los Vázquez de Coronado daría material
suficiente para la escritura de muchos libros.
No puede omitirse un nivel importante de referencias en torno suyo, pero
tampoco será el interés el recargar estas páginas con su notable participación
para hacer que esta selva del centro de América captara un poco de atención,
dentro del desarrollo del resto de la Nueva España que ya se iba haciendo muy
evidente.
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