Patricia
Rodríguez Rodríguez,
casada con
Rafael
Rodríguez Salas.
Es uno de los más
importantes personajes que han nacido en el Cantón ramonense. Ángela Quesada lo presenta en los siguientes
términos:
“Sus primeros estudios los realiza en la
Escuela de San Juan (…) Fue munícipe, notificador, Jefe Político, El 1915 obtendrá el título de Procurador
Judicial. Trabajó con Inspector de
Hacienda en Barra del Colorado y luego como Oficial de Artillería en Alajuela.
A él le corresponde jefear la tropa armada que se le envió a San Ramón con el
fin de apaciguar los disturbios que surgen en la crisis política de 1889. No le cuesta mucho normalizar la situación
porque los ramonenses lo respetan, lo admiran y lo aprecian en todo lo que vale.
Ansiando una vida, más tranquila, deja las armas y se entrega a la sublime
misión de enseñar. Cambió los soldados
por la dulce e inocente sonrisa de los niños.
En lugar de cuarteles con olor a pólvora prefiere las aulas, la tiza,
los cuadernos, los lápices. Y sigue
dando luz. Su talento y capacidad
reconocidos lo obligan a desempeñar otros cargos importantes cumpliendo a
cabalidad sus obligaciones cívicas y culturales (…).
A
pasos agigantados, don Rafael asciende los escalones de la política y es así
como en 1898 llega al congreso como diputado y sigue siendo electo durante
cuatro períodos consecutivos” (Ángela Quesada, 1996, pp. 140-141).
Hijo
de
Manuel
(Lico) de los Ángeles Rodríguez Cruz,
destacado escultor ramonense, del que
Ángela Quesada (ídem, p. 135) refiere que:
“No
podríamos dejar al margen de los valores al artista imaginero don Lico
Rodríguez. Aún y cuando no nace en San
Ramón, estaría este pueblo muy pronto en
la ruta de su vida recibiendo los honores del connotado artista.
San
Ramón recibe al insigne escultor en su plena adolescencia en el año 1850. Había
venido al mundo un 2 de agosto de 1833 (…) en la ciudad de Alajuela. Muy joven nuestro artista y muy joven el
pueblo que lo acoge y lo adopta. Juntos
caminan con el siglo XIX, uno dando luz, el otro iluminándose y brillando más.
Don
Lico se dedica al arte escultórico religioso y cobra gran fama. Su obra es vastísima. Las imágenes de don Lico son adquiridas por
todos los templos del país. En cada niño
Dios, en los santos, en las vírgenes pone su inspiración y esas imágenes
bellísimas parece que tienen vida. La
Catedral Metropolitana luce un Cristo Yacente, trabajo que eternizó a nuestro
escultor. Su vida fue sencilla, humilde,
sin muchos recursos que lo ayudaran en su labor.
En
1860 se une en matrimonio con doña María del Rosario Salas del distrito de Los
Ángeles. Tienen tres hijos: Perfecta,
Ester y Rafael que fue de gran importancia en el pueblo (…).
Don
Lico muere el 11 de diciembre de 1901 a la edad de 68 años en la Ciudad de San
Ramón” (p. 135).
Hijo a su vez de
Ceferino Rodríguez Zamora
Julián Rodríguez Segura, hijo de
Gabriel
Rodríguez Umaña*
y de María Ana Segura Pérez
de Cote*
y de María Mercedes Zamora
y
de Mercedes Cruz Chavarría
y
de María del Rosario Salas Álvarez,
Rafael
y Patricia padres de:
Virgilio
Rodríguez Rodríguez, casado con
Amalia
Vega, padres de
Eugenio
Rodríguez Vega (n. 18 de agosto de 1925 +10 de marzo de 2008)
“A don Eugenio lo caracteriza una preclsa y
brillante inteligencia, destacándose en él un gran razonamiento, su expresión
sencilla y estilo llano. Es un auténtico
investigador. En el campo de la historia
ha puesto al servicio de los costarricenses algunos de los hechos más importantes
de sus épocas, y de esa manera ha realizado una gran obra de difusión (…).
Es
un distinguido profesional con una hermosa trayectoria pública en la vida del
país, ocupando destacadas posiciones: Abogado el Banco de Costa Rica,
Secretario General de la Universidad de Costa Rica, Catedrático del mismo
centro de Enseñanza Superior, Contralor General de la República, Rector de la
Universidad de Costa Rica y Ministro de Educación Pública, siendo luego
postulado como candidato a la Primera Vicepresidencia de la República. (…)
Ha
escrito gran cantidad de artículos, ensayos y libros de historia: ‘Los días de
don Ricardo’ (1971), ‘Biografía de Costa Rica’ (1980), ‘De Calderón a Figueres’
(1980), ‘Siete ensayos políticos’ (1982), ‘Por el camino’ (1990). Con este eminente escritor, San Ramón se engrandece
culturalmente” (Ángela Quesada, 1996, pp. 203-205).
Casado
con Norma Oconitrillo.
Julia
Rodríguez, casada con Benjamín Salas Carvajal,
María
Rodríguez Rodríguez e
Isabel
Rodríguez Rodríguez, casada con Samuel Ávila.
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