2.3.
El tema innegable de los judíos sefarditas
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n los últimos años este concepto ha venido ocupando espacio en las investigaciones de carácter histórico que se realizan en el país. Adicionalmente el criterio explica varios vacíos que tradicionalmente se han evidenciado dentro de la historia del país.
Los continuos
desplazamientos de los habitantes desde los centros urbanos hacia zonas
alejadas, así como el alejamiento a las políticas y a las disposiciones de la
Iglesia Católica son aspectos que no dejan de llamar la atención, máxime si se
intenta rescatar un criterio de excesiva religiosidad y tradicionalidad como
modus operandi de la tradición cultural de los costarricenses.
De modo impactante,
en la historia religiosa del país, precisamente se pone en evidencia el
constante alejamiento de los ticos en torno a estas costumbres, tradición que
por la vida oral contrasta este pensamiento.
Si al margen se
empiezan a sumar algunas de las costumbres seguidas por los habitantes, el
panorama se complica, pues resalta la práctica de valores extraños a la
devoción y ejercicios de piedad que suministraban los jerarcas de la iglesia
Católica Apostólica y Romana. Irene
Urpí, en “Descalzos en Palmares”, trata de explicar precisamente el sincretismo
judío en el marco del ejercicio del catolicismo en la región. Ella presenta recuerdos de su infancia, que
sin razonamiento en ese entonces, evidencian un paralelismo en torno a la
religión semítica que en la época colonial era prohibida y perseguida por el
Santo Oficio de la Inquisición española.
Esa es precisamente la explicación de lo acontecido.
A este punto habrá
que entender que la población de Costa Rica se fundamentó casi exclusivamente
en la presencia de grupos de judíos denominados sefarditas. Como se mencionó en el Capítulo I, luego de
la ocupación mora de 800 años en España, arribaron al poder en 1492 (el mismo
año del descubrimiento los denominados reyes Católicos, que consiguieron la
expulsión del último reducto moro que estaba en Granada, bajo el mando del
sultán Boabdil).
Aunque hoy día se visualizan a judíos y a árabes
como enemigos naturales, no puede decirse que en la época se manifestaran esas
diferencias como se hace en la actualidad, e incluso en los primeros años de
convivencia en medio oriente. Pero al
fin de cuentas los judíos vagaban por el mundo sin patria propia y no
representaban una amenaza para los musulmanes.
Irónicamente para los católicos
que al entrar al poder si lo fueron, iniciándose una verdadera persecución,
como menciona Stone (1975, p. 70).
Esto provocó un
proceso de conversiones masivas y una emigración hacia Holanda (de ahí las
comunidades inmigrantes pasarían a Estados Unidos posteriormente) y otros venían a América Latina. Tanto dentro de la ocupación mora, como dentro
de la llegada de los Reyes Católicos, los judíos habían cambiado sus nombres,
para pasar como cristianos.
La tesis de la
persecución podría tener cabida, pero recientemente se baraja la idea de que lo
hacían para pagar impuestos menores, cosa contraria si mantuvieran sus nombres
semíticos. Sea como fuere, los apellidos
judíos, pasaron a ser vocablos en español, lo que les permitió pasar camuflados
por pueblos y ciudades sin despertar sospechas.
En la formación de estos nombres se recurre principalmente a los
siguientes criterios primitivistas:
Tabla
Nº 2
Criterios
en la definición de apellidos de Judíos Sefarditas
1. Nombres
de animales (León, Lobo).
2. Nombres
de elementos de la naturaleza (Flores, Piedra,
Rivera, Peña, Prado).
3. Terminaciones
fonéticas en “ez” y “es” (Hernández, Pérez,
Jiménez),
(Torres, Chaves).
4. Nombres
de colores (Blanco, Rojo, Rojas).
5. Elementos
religiosos católicos (Cruz, Iglesias, Santos).
6. Sustantivos
(Valle, Villa, Ramos, Palma).
7. Lugares
(Toledo, Sevilla).
8. Castellizaciones
de las formas adoptadas en sus etapas
nómadas
(Gutman = Guzmán).
9. Adjetivos
(Calvo, Segura, Franco, Moreno, Pinto, Maduro).
10.
Combinaciones de
sustantivos (Villalobos, Villavicencio,
Villafranca).
11.
Actividades
(Gallegos, Coronel, Guardia).
Según esta enumeración, sorprenderá a muchos saber
que los apellidos de mayor presencia en Costa Rica, son los de judíos que los
cambiaron por motivos económicos y políticos, y no provienen por ende de
grandes ramificaciones ancestrales, aunque muchos obtuvieron con el paso de los
años estos reconocimientos. Debe
aclararse que esta conclusión procede de estudios profundos de prestigiosos
lingüistas, pues en la época esta estrategia no era, por razones obvias, del
conocimiento público. Dicho de otra manera, no todo lo que se diga en idioma español,
implica necesariamente una identidad nobiliaria. Stone (1975), citando a Chacón
(1938) presenta el tema de los
apellidos que se encuentran en esta condición:
Tabla Nº 3
Apellidos
de origen judío sefardita en Costa Rica citados por Gonzalo Chacón y Samuel
Stone
Acosta | Franco | Montealegre | Ruiz |
Aguilar | Gallegos | Monterrosa | Salas |
Alfaro | García | Morales | Salazar |
Álvarez | Gómez | Moreno | Sánchez |
Arias | González | Montero | Sancho |
Bejarano | Guardia | Navarro | Santos |
Boza | Giménez | Nieto | Sasso |
Brenes | Guzmán | Núñez | Segura |
Calderón | Hernández | Ocampo | Silva |
Calvo | Herrera | Ortiz | Soler |
Campos | Huete | Pacheco | Solís |
Carazo | Iglesias | Pardo | Solórzano |
Cardona | Jiménez | Peña | Soto |
Cruz | Lara | Peralta | Toledo |
Chacón | León | Pereira | Torres |
Chaves | López | Pérez | Valle |
Dávila | Loría | Piedra | Valverde |
De la Guardia | Machado | Pinto | Varela |
Díaz | Maduro | Piza | Ventura |
Dobles | Maldonado | Polini | Vega |
Domínguez | Marchena | Porras | Villafranca |
Durán | Medina | Prado | Villalobos |
Enríquez | Méndez | Ramos | Villavicencio |
Espinoza | Mendizabal | Ricardo | Yglesias |
Esquivel | Mendiola | Rivera | Zeledón |
Fernández | Mena | Robles | |
Flores | Meza | Rodríguez | |
Fonseca | Molina | Rojas |
Condiciones similares
se darían con la introducción de otros grupos étnicos, pero a los sectores
extranjeros minoritarios y sus inmigraciones y convivencia con los ticos se
hará referencia luego. Cabe además
cuestionar por qué el apellido de las familias oligarcas, coincide con la lista
de Chacón, sin embargo, ese no es en realidad el motivo de este estudio, por lo
que la tarea le quedará a otros investigadores o investigaciones.
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