miércoles, 12 de noviembre de 2014



2.3. El tema innegable de los judíos sefarditas

E



n los últimos años este concepto ha venido ocupando espacio en las investigaciones de carácter histórico que se realizan en el país.  Adicionalmente el criterio explica varios vacíos que tradicionalmente se han evidenciado dentro de la historia del país.

Los continuos desplazamientos de los habitantes desde los centros urbanos hacia zonas alejadas, así como el alejamiento a las políticas y a las disposiciones de la Iglesia Católica son aspectos que no dejan de llamar la atención, máxime si se intenta rescatar un criterio de excesiva religiosidad y tradicionalidad como modus operandi de la tradición cultural de los costarricenses. 

De modo impactante, en la historia religiosa del país, precisamente se pone en evidencia el constante alejamiento de los ticos en torno a estas costumbres, tradición que por la vida oral contrasta este pensamiento.


Si al margen se empiezan a sumar algunas de las costumbres seguidas por los habitantes, el panorama se complica, pues resalta la práctica de valores extraños a la devoción y ejercicios de piedad que suministraban los jerarcas de la iglesia Católica Apostólica y Romana.  Irene Urpí, en “Descalzos en Palmares”, trata de explicar precisamente el sincretismo judío en el marco del ejercicio del catolicismo en la región.  Ella presenta recuerdos de su infancia, que sin razonamiento en ese entonces, evidencian un paralelismo en torno a la religión semítica que en la época colonial era prohibida y perseguida por el Santo Oficio de la Inquisición española.  Esa es precisamente la explicación de lo acontecido.



A este punto habrá que entender que la población de Costa Rica se fundamentó casi exclusivamente en la presencia de grupos de judíos denominados sefarditas.  Como se mencionó en el Capítulo I, luego de la ocupación mora de 800 años en España, arribaron al poder en 1492 (el mismo año del descubrimiento los denominados reyes Católicos, que consiguieron la expulsión del último reducto moro que estaba en Granada, bajo el mando del sultán Boabdil).

Aunque  hoy día se visualizan a judíos y a árabes como enemigos naturales, no puede decirse que en la época se manifestaran esas diferencias como se hace en la actualidad, e incluso en los primeros años de convivencia en medio oriente.   Pero al fin de cuentas los judíos vagaban por el mundo sin patria propia y no representaban una amenaza para los musulmanes.  Irónicamente  para los católicos que al entrar al poder si lo fueron, iniciándose una verdadera persecución, como menciona Stone (1975, p. 70).

Esto provocó un proceso de conversiones masivas y una emigración hacia Holanda (de ahí las comunidades inmigrantes pasarían a Estados Unidos posteriormente)  y otros venían a América Latina.  Tanto dentro de la ocupación mora, como dentro de la llegada de los Reyes Católicos, los judíos habían cambiado sus nombres, para pasar como cristianos.  

La tesis de la persecución podría tener cabida, pero recientemente se baraja la idea de que lo hacían para pagar impuestos menores, cosa contraria si mantuvieran sus nombres semíticos.  Sea como fuere, los apellidos judíos, pasaron a ser vocablos en español, lo que les permitió pasar camuflados por pueblos y ciudades sin despertar sospechas.  En la formación de estos nombres se recurre principalmente a los siguientes criterios  primitivistas:


Tabla Nº 2
Criterios en la definición de apellidos de Judíos Sefarditas


 1.                    Nombres de animales (León, Lobo).
 2.                    Nombres de elementos de la naturaleza (Flores, Piedra,
                        Rivera, Peña, Prado).
 3.                    Terminaciones fonéticas en “ez” y “es” (Hernández, Pérez,
                        Jiménez), (Torres, Chaves).
 4.                    Nombres de colores (Blanco, Rojo, Rojas).
 5.                    Elementos religiosos católicos (Cruz, Iglesias, Santos).
 6.                    Sustantivos (Valle, Villa, Ramos, Palma).
 7.                    Lugares (Toledo, Sevilla).
 8.                    Castellizaciones de las formas adoptadas en sus etapas
                        nómadas (Gutman = Guzmán).
 9.                    Adjetivos (Calvo, Segura, Franco, Moreno, Pinto, Maduro).
10.                  Combinaciones de sustantivos (Villalobos, Villavicencio,
                        Villafranca).
11.                  Actividades (Gallegos, Coronel, Guardia).
 

Según  esta enumeración, sorprenderá a muchos saber que los apellidos de mayor presencia en Costa Rica, son los de judíos que los cambiaron por motivos económicos y políticos, y no provienen por ende de grandes ramificaciones ancestrales, aunque muchos obtuvieron con el paso de los años estos reconocimientos.  Debe aclararse que esta conclusión procede de estudios profundos de prestigiosos lingüistas, pues en la época esta estrategia no era, por razones obvias, del conocimiento público. Dicho de otra manera, no todo lo que se diga en idioma español, implica necesariamente una identidad nobiliaria. Stone (1975), citando a Chacón (1938)   presenta el tema de los apellidos que se encuentran en esta condición:





Tabla  Nº 3
Apellidos de origen judío sefardita en Costa Rica citados por Gonzalo Chacón y Samuel Stone


Acosta Franco Montealegre  Ruiz 
Aguilar  Gallegos Monterrosa  Salas 
Alfaro García Morales  Salazar 
Álvarez Gómez Moreno  Sánchez 
Arias González Montero  Sancho 
Bejarano Guardia Navarro  Santos 
Boza Giménez Nieto   Sasso 
Brenes Guzmán Núñez  Segura 
Calderón Hernández Ocampo  Silva 
Calvo Herrera Ortiz  Soler 
Campos Huete Pacheco  Solís  
Carazo Iglesias Pardo  Solórzano 
Cardona Jiménez Peña  Soto 
Cruz Lara Peralta  Toledo 
Chacón León Pereira  Torres 
Chaves López Pérez  Valle 
Dávila Loría Piedra  Valverde 
De la Guardia Machado Pinto  Varela 
Díaz Maduro  Piza  Ventura 
Dobles Maldonado  Polini  Vega 
Domínguez Marchena  Porras  Villafranca  
Durán Medina  Prado  Villalobos 
Enríquez Méndez  Ramos  Villavicencio
Espinoza  Mendizabal  Ricardo  Yglesias 
Esquivel Mendiola   Rivera  Zeledón
Fernández Mena  Robles 
Flores Meza  Rodríguez 
Fonseca Molina  Rojas 
                                                                                                                                   

Condiciones similares se darían con la introducción de otros grupos étnicos, pero a los sectores extranjeros minoritarios y sus inmigraciones y convivencia con los ticos se hará referencia luego.  Cabe además cuestionar por qué el apellido de las familias oligarcas, coincide con la lista de Chacón, sin embargo, ese no es en realidad el motivo de este estudio, por lo que la tarea le quedará a otros investigadores o investigaciones.











No hay comentarios:

Publicar un comentario