viernes, 14 de noviembre de 2014




2.5. Modelos religiosos para el control político entre la ciudadanía costarricense

2.5.1. La religión:


La religión está compuesta por el conjunto de creencias que profesan las personas. Reúne en sus postulados las doctrinas y fundamenta los dogmas amparados en elementos concretos (y en su mayoría abstractos, que habrá de legitimarlas. Habrán de confluir, en perfecto amalgama en torno suyo, los grupos que aspiren a buscar un padrinazgo en ésta para cobijar, y en un sentido cuasi invisible, consolidar, su posición dentro de la estructura colectiva convencional.  De tal manera religión-educación-política-cultura-economía y dominación se fusionan en un aparato complejo y poderoso, en el que cada uno de estos (unidos mediante postulados protectores) alcanza una cohesión difícil de visualizar y en un sentido realista, imposible de romper. Cualquier aparato y estructura de dominación encontrará en esta fórmula, no solo respaldo, sino que conformará una unidad eficiente en el control del poder.

Desde sus orígenes, la humanidad ha buscado elementos en los cuales creer y explicar aquello que no tiene explicación, o bien, lo que no es posible comprender. En todos los pueblos de todas las épocas las alianzas de unidad entre los grupos económicos y los religiosos, sustentan, y ostentan, la explotación de este concepto, que ejercen, en nombre y por gracia de la divinidad, cuya argumentación construyen y manipulan en muchos casos, en un alto grado.



Para el mundo occidental, el cristianismo ha representado quizá la más importante de las creencias. Constituye una de las religiones más sólidas en el mundo y toma como fuente la influencia judía, a la que perteneció originalmente Jesús, el denominado Cristo hace más de dos mil años. Hoy el cristianismo (entendido como la agrupación de las iglesias católicas y no católicas) es una de las religiones más grandes y con mayor número de seguidores. América Latina es uno de los focos de atención más fuertes de ésta desde hace cinco siglos, por haber estado en manos de cristianos la colonización del llamado nuevo mundo.

Costa Rica no es la excepción. La influencia española, fundamentada en su deber de traerla a las entonces "indias", argumentó desde el momento mismo de la financiación del almirante Colón y de su primer viaje, la necesidad de observar esta meta como la principal. No cabe duda que razonamientos comerciales, económicos y de expansión fueron quizá de mayor interés para la recién unificada corona española en 1492 después del descubrimiento, pero románticamente el discurso de la evangelización era el que tenía mayor aceptabilidad política. Desde entonces, con altos y bajos, la religión católica vino a ocupar un lugar trascendental en el desenvolvimiento histórico, social, político y económico del país, vinculándose siempre en el quehacer de los habitantes de estas tierras.



La mezcla sincrética de cultura y religión, no es sin embargo, el caso de Costa Rica. El asfixiamiento de la sociedad aborigen significó su silenciamiento casi definitivo a lo largo de los siglos. Y puede asegurarse que se trata del aplastamiento de una sociedad completa porque hasta la entrada del denominado tercer milenio, no existe una presencia física calificable como trascendental de estas etnias iniciadoras de la cultura. La afirmación de que la resistencia fue pacífica o de que los grupos asentados eran mínimos en tamaño, constituye un estereotipo que oculta la realidad de esta primera etapa de la vida nacional, tan sutilmente evadida. Es innegable que para este momento existía un conjunto organizativo cultural del cual no quedan vestigios significativos, y que tampoco el costarricense ha sido llamado a entender o a compartir.

La religión en la historia dimensiona su aporte en la formación de la idiosincrasia del costarricense, que asumió de los lineamientos y directrices de la colonia un modelo particular. De ninguna manera pueden compararse estos parámetros con el sincretismo amoldador de la identidad precolombina latinoamericana frente al modelo europeo (y que muchos autores han analizado en múltiples facetas).



La presencia de los primeros costarricenses en la confección de este molde simplemente no existió. Tampoco tuvieron la posibilidad de participar en él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario