2.5.
Modelos religiosos para el control político entre la ciudadanía costarricense
2.5.1. La religión:
La religión está
compuesta por el conjunto de creencias que profesan las personas. Reúne en sus
postulados las doctrinas y fundamenta los dogmas amparados en elementos
concretos (y en su mayoría abstractos, que habrá de legitimarlas. Habrán de
confluir, en perfecto amalgama en torno suyo, los grupos que aspiren a buscar
un padrinazgo en ésta para cobijar, y en un sentido cuasi invisible,
consolidar, su posición dentro de la estructura colectiva convencional. De tal manera
religión-educación-política-cultura-economía y dominación se fusionan en un
aparato complejo y poderoso, en el que cada uno de estos (unidos mediante
postulados protectores) alcanza una cohesión difícil de visualizar y en un
sentido realista, imposible de romper. Cualquier aparato y estructura de
dominación encontrará en esta fórmula, no solo respaldo, sino que conformará
una unidad eficiente en el control del poder.
Desde sus orígenes,
la humanidad ha buscado elementos en los cuales creer y explicar aquello que no
tiene explicación, o bien, lo que no es posible comprender. En todos los
pueblos de todas las épocas las alianzas de unidad entre los grupos económicos
y los religiosos, sustentan, y ostentan, la explotación de este concepto, que
ejercen, en nombre y por gracia de la divinidad, cuya argumentación construyen
y manipulan en muchos casos, en un alto grado.
Para el mundo
occidental, el cristianismo ha representado quizá la más importante de las
creencias. Constituye una de las religiones más sólidas en el mundo y toma como
fuente la influencia judía, a la que perteneció originalmente Jesús, el
denominado Cristo hace más de dos mil años. Hoy el cristianismo (entendido como
la agrupación de las iglesias católicas y no católicas) es una de las
religiones más grandes y con mayor número de seguidores. América Latina es uno
de los focos de atención más fuertes de ésta desde hace cinco siglos, por haber
estado en manos de cristianos la colonización del llamado nuevo mundo.
Costa Rica no es la
excepción. La influencia española, fundamentada en su deber de traerla a las
entonces "indias", argumentó desde el momento mismo de la
financiación del almirante Colón y de su primer viaje, la necesidad de observar
esta meta como la principal. No cabe duda que razonamientos comerciales,
económicos y de expansión fueron quizá de mayor interés para la recién
unificada corona española en 1492 después del descubrimiento, pero
románticamente el discurso de la evangelización era el que tenía mayor
aceptabilidad política. Desde entonces, con altos y bajos, la religión católica
vino a ocupar un lugar trascendental en el desenvolvimiento histórico, social,
político y económico del país, vinculándose siempre en el quehacer de los
habitantes de estas tierras.
La mezcla sincrética
de cultura y religión, no es sin embargo, el caso de Costa Rica. El
asfixiamiento de la sociedad aborigen significó su silenciamiento casi
definitivo a lo largo de los siglos. Y puede asegurarse que se trata del
aplastamiento de una sociedad completa porque hasta la entrada del denominado
tercer milenio, no existe una presencia física calificable como trascendental
de estas etnias iniciadoras de la cultura. La afirmación de que la resistencia
fue pacífica o de que los grupos asentados eran mínimos en tamaño, constituye
un estereotipo que oculta la realidad de esta primera etapa de la vida
nacional, tan sutilmente evadida. Es innegable que para este momento existía un
conjunto organizativo cultural del cual no quedan vestigios significativos, y
que tampoco el costarricense ha sido llamado a entender o a compartir.
La religión en la
historia dimensiona su aporte en la formación de la idiosincrasia del
costarricense, que asumió de los lineamientos y directrices de la colonia un
modelo particular. De ninguna manera pueden compararse estos parámetros con el
sincretismo amoldador de la identidad precolombina latinoamericana frente al
modelo europeo (y que muchos autores han analizado en múltiples facetas).
La presencia de los
primeros costarricenses en la confección de este molde simplemente no existió.
Tampoco tuvieron la posibilidad de participar en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario